miércoles, 4 de julio de 2012

En torno a lo espiritual


Por Hugo Basile*

I
Esta propuesta abierta de escribir sobre espiritualidad* desde diversos campos, implica el preguntarse, en primera instancia, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de espiritualidad?. ¿Es lo mismo espiritualidad que religión?,  Y si no lo es, ¿por medio de diferentes religiones se llega a una misma espiritualidad? ¿La espiritualidad implica solo  lo natural o también lo sobrenatural? ¿O ambas cosas? ¿Ser ateo implica estar carente de espiritualidad?.
Muchas preguntas, sobre todo cuando es posible que se las intente responder desde la razón, y quizás la razón sea inferior en sus posibilidades de comprensión que el propio espíritu, siempre y cuando consideremos que existe la espiritualidad y también el  Espíritu.
Quizás sea prueba de esto el hecho de que aquellos que alcanzaron un estado de gracia, o un esbozo iluminador o un satori, no puedan explicarlo por medio de las palabras, porque la experiencia pertenece a  un lugar para el cual no existen palabras, si se quiere un lugar transracional.
Y si bien no existen palabras para explicarlo, si existe la experiencia, ya que miles de años de experiencia humana que nutren nuestro inconciente colectivo, conservan la memoria de los rituales tribales, de la comunitas que experimentamos durante mucho más tiempo que la sociedad estructurada que apenas lleva unos cientos de años. (Usandivaras/ Eliade)
Comunitas en la cuál el éxtasis del ritual era una forma de espiritualidad.
Entonces ¿hay dos formas de experimentar la espiritualidad, dónde una es el éxtasis y la otra es una espiritualidad “cotidiana”? ¿o la espiritualidad “cotidiana” es la manera de llevar la experiencia del éxtasis a la vida real? Y si esto fuera así, ¿puede modificarse esa “realidad cotidiana” desde la espiritualidad? ¿Hay una espiritualidad aplicable a áreas tan disimiles como la economía o la política? ¿Son la economía y la política mundial muestras de nuestra pobre  manera de ejercer la espiritualidad?